Hoy he comenzado una nueva andadura, ya sé
que con el amanecer de cada día empiezas un nuevo camino, me refiero a que hoy
me he puesto a trabajar en algo nuevo, que aún no había hecho y, lo más
importante, con visos de ser algo que perdure en el tiempo.
No tengo nada claro cual y como fue el
momento en que me decidí por mi oficio. Supongo que se produjeron una mera
cuestión de circunstancias. Como no era capaz de elegir como ganarme el pan
acabé haciendo profesión de lo que me gustaba y de lo que me decía la gente que
era lo mío. Como fue un acto inconsciente, inconsciente fue la alegría con la
que proclamé a los cuatro vientos mi condición de actor. Como me sentía marcado
por los dioses, pensaba que yo iba a ser uno de los elegidos, por tanto aunque
el ansiado triunfo no llegaba, seguía, impasible el ademán, esperando el tren
de la fama qué, sí o sí, tenía que pasar, parar, recogerme y llevarme en brazos
del dinero, del reconocimiento, del bienestar y del todo lo bueno que pudiera
pasarme.
Si el tren pasó yo no fui capaz de cogerlo y
burla burlando en los cuarenta me acabé colando.
Hace unos diez años asumí el tener que hacer
trabajos temporales para pagar la luz, la leche, al agua, la ropa y los vicios.
Estas labores me llevaban un tiempo indefinido, poco, con lo que me hacía la
ilusión de retornar a mi vocación verdadera. Con esta premisa acabé haciendo de
todo dentro de mío. He sido, soy: actor, director, productor, dramaturgo, técnico,
profesor, adaptador y chica para todo.
Ahora, con 44 años y un niño precioso que me
sonríe y sé que Dios existe, me veo en la cosa de empezar un nuevo rumbo que me
aparte definitivamente de las cajas y los focos cenitales.
Hoy 9 de Julio comencé mi andadura. El primer
día no ha sido bueno. Seguiremos informando.
Martes 9 de Julio del 2013