Encontrar a una persona que te escuche sin
que, a continuación, te cuente lo mal que lo está pasando, lo heroico que es su
diario vivir o las trampas que le ha hecho el destino; es una bendición. Al
margen de huir de estas personas que se ponen la montera de la queja para
pasear por el mundo, el problema es cuando aparecen sin previo aviso.
-
¿Cómo
estás de tus dolores?
-
Bien,
cada vez mejor.
-
Pues
cuanto me alegro. Yo lo estoy pasando fatal, aunque no me duele nada, pero como
me dolió y no quiero que vuelva a doler…
Y siguen, y siguen, y siguen... hasta el
infinito… no se les gasta la batería de los lamentos. Me dan muchas ganas de
gritarles. ¡¡¡Y a mí que me importa lo que te pase o te deje de pasar!!! Pero
no lo hago, ser un verdadero anti sistema es muy difícil. Aunque no desespero
en sacar la pata del banco un día de estos. Claro que cuando lo haga, es
posible que no de la marcha atrás y me ponga a gritarle al empresario que
siempre se queja de lo mal que le van los negocios. “Pero si no haces más que
ganar dinero”. Al funcionario que siempre se queja de su trabajo. “Pero si
curras menos que los Reyes Magos”. Al albañil que siempre se quejad del agujero
que te tiene que tapar. “Pero si eres un chapuzas”. Al nacionalista que siempre
se siente perseguido. “Pero si defiendes lo indefendible”. Al político que
siempre se queja de la falta de respeto. “Pero si no haces nada por los demás”.
Muchos y muchas hacen de la queja un motivo de vivir. Da igual el ámbito o las
circunstancias, lo hacen contra viento y marea, en la salud y en la enfermedad.
Son gente peligrosa y son legión. Y son peligrosos porque diluyen la queja de
los que de verdad tienen motivos: el parado que lleva tiempo buscando trabajo,
el pensionista que no llega a fin de mes, el agraviado en los tribunales, el
que sufre la competencia desleal y abusiva. El enfermo mal tratado. Procuro
juntarme con gente que se queja poco, estos te escuchan cuando de verdad tienes
un problema. Yo intento también prestar mis oído de forma desinteresad. No
siempre lo consigo. Y es que se está tan bien yendo de víctima por la vida.
Bienvenido lo que venga.
Domingo 20 de Agosto 2012