GENTE QUE PASA A TU LADO
A veces determinado ser humano me altera.
Verle me parece un castigo desmesurado. Escucharle un suplicio. En los últimos
tiempos me he encontrado con dos categorías de este tipo de personajes. Unos:
estatura mediada, entrados en kilos, feos, mellados, con dentadura llena de
fallas. Bajo nivel cultural e intelectual. Lo saben y se hacen las víctimas de
su nula incapacidad para pasar de la página cuatro de un libro para ser lobos
con piel de cordero. Los otros: altos, enjutos, bien parecidos. Creen ser muy
listos, muy cultos, muy intelectuales. Pero cada vez que abren la boca, la
vergüenza ajena se ve en los rostros de aquellos quienes les escuchan. Ambas
categorías desprecian cualquier divinidad y a las personas que se declaran
creyentes. Son arrogantes, dictatoriales y caprichosos; niños que superan los
cuarenta.
Por alguna razón los tengo en mi camino.
Esperemos acontecimientos para saberlo.
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